lunes, 21 de septiembre de 2009

EL MESTIZAJE DE NUESTRO CASTELLANO

El sábado 04 de febrero me encaminé a Nauta en compañía de mi hija Hypatia y llegamos a las 7.30 a.m., hora precisa para desayunar. Nos encaminamos a la segunda cuadra de la calle Ayacucho, al restaurante Rosita, ingresamos, nos sentamos y la lista del menú para el desayuno del día decía:

03/02/07

Desayuno

Tortillado
Paiche frito
Tacu-tacu montado
Pollo a la brasa
Omelet

Me llamó la atención las palabras escritas y le pregunté a la simpática señorita que atendía: -¿Quién escribió la lista del menú?. Me contestó: -Yo. Le repliqué: -¡Cómo te llamas? La respuesta fue: Mi nombre es Gilma Rodríguez, soy de Yurimaguas y vivo en Nauta hace 20 años.

Todo el diálogo lo sostuve teniendo como fondo musical, según me expresó la señorita, que era un shanganacuy ejecutada por el grupo Explosión y propalada por la radio Anaconda de Nauta.

Esta simple lista me hizo pensar en el mestizaje cultural nuestro, que somos mestizos en nuestra forma de vestir, en la forma de pensar, en la música, en nuestro castellano, etc. Por más que nos esforcemos por aparentar dueños de la cultura occidental, como “un santuchito”, como expresaba la música, estamos atrapado y aprisionados por la presencia de múltiples culturas que conviven en nuestra persona. Haciendo un breve análisis léxico de la lista del menú, veamos cómo está presente ese mestizaje léxico:

Tortilla, para el diccionario de la Real Academia es “(diminutivo de torta) f. Fritada de huevo batido, en forma redonda o alargada, a la cual se añade a veces algún otro ingrediente”. Mientras el sufijo –ado, es un sufijo nominal y verbal. La palabra tortillado corresponde al castellano amazónico o loretana, una forma peculiar de nombrar a los sustantivos, es decir, es un sustantivo derivado a la loretana.

Paiche, sustantivo que no se encuentra en el diccionario, se refiere al pez amazónico de carne más fina. La palabra no es castellana, pertenece al taíno, idioma de Centroamérica que los españoles lo asimilaron en el siglo XVI para nombrar los objetos, plantas, animales, peces, etc. Desconocidos por ellos como sucede con: anona, barbacoa, batea, bijao, caimito, canoa, caoba, carey, guacamayo, guanábana, guayaba, hamaca, iguana, maíz, mamey, papaya, yuca.

Frito, deriva del verbo freír que proviene del latín frigere, es un adjetivo que corresponde al castellano, se refiere a cualquier manjar que está guisado en una sartén.

Tacu-tacu, palabra del quechua takuy takuy, que significa mezclado, entreverado, que al pasar al castellano perdió el sufijo –y, pero mantiene el significado de “mezclado, entreverado”.

Montado, palabra castellana, en este caso se refiere normalmente al huevo frito que se sirve encima del tacu-tacu.

Pollo, sustantivo castellanas derivado del latín pullum, cría de las aves y particularmente de las gallinas.

A, preposición castellana del latín ad que introduce al complemento del sustantivo: pollo a la brasa.

La, artículo castellano que indica género femenino y número singular.

Brasa, palabra castellana que se refiere al carbón en llamas, en estado incandescente.

Omelett, del francés omelette que se pronuncia omlet, no viene a ser más que la tortilla en legua castellana.

Como vemos en este pequeña lista de un restaurante de Nauta pude apreciar la presencia del castellano amazónico, el quechua, taíno, francés y palabras castellanas derivadas del latín, idiomas que conviven dentro de nuestro idioma, que resulta muy peculiar, realmente nuestro castellano es un tacu-tacu lingüístico, lo que significa nuestro mestizaje cultural o mestizaje idiomático.

No hay comentarios:

Publicar un comentario